lunes, 16 de febrero de 2015

Sentir que existes.

Y sentir el cálido latido de tu corazón en contraste a tu gélido aliento. Sentirme dueño de tu satisfacción y entregarte la mía. 
Sentir la mirada fija de los seres de la noche, que nos observan en silencio a través de la vitrina abierta de par en par, bajo la envidiosa luz de la luna y las estrellas.
El cielo esta libre, despejado, desnudo como mi alma cuando la tocas sin tan siquiera estar a mi lado.
Preso de tus latidos, de tus caricias, de tus gemidos, de tu presencia y de tu propia existencia.
Celoso del suelo que pisas, el aire que respiras, todo aquello en lo que posas tu atenta y curiosa mirada.
Sentir tu cabello enredado entre mis dedos, que el puente de tu espalda me lleve hasta el cielo de tu boca. Que tus curvas sean las más peligrosas, tanto como para provocar mi muerte por éxtasis cada vez que paso por ellas.
Vivir de noche con tu exclusiva y traviesa compañía.
Sentirme realizado y ser capaz de realizarte.
Sentirme vivo aún cuando todos mueran y seguir despierto contigo cuando todos duermen.
Quiero sentir todo esto y más, pero lo más importante de todo es sentirte a ti, sentir que todo esto es real, sentir que no me lo invento.
Sentir que, al menos en algún lugar o en algún tiempo, realmente existes más allá de mi cabeza.  

sábado, 7 de febrero de 2015

El camino de las sombras: Una puerta, un camino.

Mi sombra y yo anduvimos caminando mucho tiempo en aquellos paisajes repetitivos y vacíos como aquellos programas que solían repetir en varias cadenas de televisión, con un presentador diferente pero con el mismo contenido.
Finalmente llegamos a un faro encendido en mitad de la nada, iluminaba un mar negro sin vida y se encontraba alzado sobre un acantilado de rocas agudas que deseaban destrozar lo primero que cayera en ellas.
Logramos acercarnos lo suficiente al puerto como para divisar un ferry que parecía estar a punto de zarpar.
No había ningún tipo de revisor por lo que nada me impedía entrar y dejarme llevar por la corriente, o en este caso, por la dirección ese navío.
Su interior parecía acogedor, confortable. Al menos había luz, y no era tenue como la que me proporcionaba la luna en aquella eterna noche mientras estuve fuera, no.
Era lo más  parecido a la luz del sol, pese a ser artificial, por fin pude presenciar un color distinto al gris de mi respiración.
Pero no estaba solo allí, y no me refiero a la compañía que mi sombra me pudiera brindar, no… Allí habían más sombras, y por tanto, mas anclas que las mantenían presas… Más personas.
Podía escuchar a mi sombra hablar con las demás, aunque no entendí ni una palabra.
Con un gesto me pidió que la siguiera y me dirigió a través del largo e iluminado pasillo con muchísimas puertas a ambos lados de éste. Finalmente, se detuvo en frente de la entrada de uno de los camerinos, esperando, ansiosa, a que yo la abriera.
Podía oír la respiración de otras personas en el interior, cogí aire y, sin pensármelo dos veces, abrí la puerta que me conduciría hacia un nuevo camino, el camino de las sombras.

Nota del autor: Como habéis podido comprobar, el blog esta tomando una cronología de los hechos... Esto se debe a que ahora no solo pretendo mostraros lo que sucede en mi cabeza, sino que también quiero contaros una historia, con unos personajes y unas situaciones... Esto podría decirse que no es más que el "capítulo piloto" así que espero que os guste. Pronto traeré más. 

El camino de las sombras: Introducción

Sigo caminante en el sendero que parece interminable, por el que una vez partí y por el que nunca podre regresar.

Mi sombra me acompaña, pero no siempre. Se toma algunos descansos durante el día y descansa intermitente por la noche.
Sigue conmigo por obligación, pues no deja de ser sombra y no deja de estar atada a un cuerpo, un simbionte encadenado preso de mis pisadas, el tiempo, el espacio.
Y aunque pudiera liberarla, no lo haría; pues es mi única compañera en este solitario camino.

El viento viene de frente, golpeándome como si me quisiera detener, como si me estuviera pidiendo que me marche.

Pero, ¿Acaso no es este mi camino? ¿El que yo elegí? No hubo nadie para detenerme cuando decidí tomarlo, ni siquiera había un cartel indicando hacia donde me dirijo. 

Nota del autor: Llevaba ya mucho tiempo sin escribir y estoy algo oxidado... Espero que sirva de excusa ante este reducido texto. Antes de nada, he de dar las gracias a todas aquellas personas que aun hoy día siguen leyendo y seguían esperando una nueva entrada. Aquí la tenéis, una de las muchas que publicare este año.
Todo este tiempo sin escribir se ha debido a una falta de inspiración para ello, no tenia tiempo para dedicarlo a mi mismo, a estar a solas frente la pantalla del ordenador y el teclado con mis pensamientos.
No he vuelto, pues nunca me he ido y no tengo intención de hacerlo.
Lamento la tardanza, me volveréis a leer pronto, o eso espero.